3 Componentes químicos con los que convivimos

Crear un ambiente saludable en nuestros espacios interiores es esencial para el bienestar de quienes los pisan, utilizan y viven día a día.

Sin duda, con el paso de los años hemos empezado a poner conciencia sobre la creatividad y la inspiración que nos transmite un espacio bonito. Igual que sobre la ergonomía, funcionalidad y practicidad de los espacios de trabajo que nos ayuda a cuidar posturas corporales, no sobre cargarnos y ser más productivos.

No obstante en esta misma dirección nos hemos dejado cosas por el camino como por ejemplo cómo afectan los materiales del diseño de interiores a la calidad del aire de quienes pasan más horas en estos espacios.

¿Qué hay en el aire que respiramos?
Actualmente, hay más de 350,000 sustancias químicas y mezclas registradas para su uso y producción comercial. Este número refleja la diversidad y complejidad del mercado químico global. Además, el registro CAS, que es un índice global de sustancias químicas conocidas, incluye más de 55 millones de sustancias únicas, con más de 12,000 nuevas sustancias añadidas cada día.

Estas cifras destacan la vasta cantidad de compuestos con los que podemos entrar en contacto y la importancia de regular y monitorear su uso para la seguridad y la salud pública.

Así, tanto en la construcción como en la decoración nos encontramos con este tipo de compuestos o aditivos en materiales y productos, siendo algunas de ellas bastantes sonadas debido a sus consecuencias tras una larga exposición.

Tres de las grandes conocidas y puestas en el punto de mira son:

1. Ftalatos: Estos aditivos se encuentran en productos como resinas fenólicas, suelos vinílicos o cortinas de baño, entre otros.
Aunque mejoran la durabilidad y la flexibilidad de los materiales, algunos ftalatos han sido objeto de preocupación debido a sus posibles efectos como disruptores endocrinos, lo que significa que pueden interferir con el sistema hormonal del cuerpo.

2. Perfluorados:
También conocidos como PFAs, son utilizados en la fabricación de espumas de construcción, aislantes térmicos y tejidos resistentes a manchas.

Los perfluorados han sido utilizados por su resistencia a los ataques químicos y su habilidad para repeler el agua y la grasa. Sin embargo, también son persistentes en el medio ambiente y en el cuerpo humano, lo que significa que no se degradan fácilmente y pueden acumularse con el tiempo.

3. Polibromados:
Estos agentes retardantes de llama se encuentran en una variedad de tejidos como cortinas, sofás y alfombras. Aunque su propósito es aumentar la seguridad ante incendios, los polibromados no se degradan fácilmente y también pueden acumularse en la cadena alimentaria.

El Problema con Estos Aditivos
El principal problema de estos aditivos es su tendencia a liberarse de los productos o materiales con la simple exposición a la temperatura ambiental. Esto significa que, sin darnos cuenta, podemos estar respirando, ingiriendo o absorbiendo por la piel estas sustancias potencialmente dañinas.

Alternativas Saludables y Sostenibles
Afortunadamente, existen alternativas más seguras y fáciles de aplicar con el fin de aplicar el principio básico de prevención y proteger a toda persona que pase o trabaje en nuestros espacios.

En pavimentos el gres es una excelente opción por su durabilidad, su fácil limpieza y porque no emite compuestos nocivos.
Actualmente puedes encontrar piezas de muchos tamaños y acabados, lo que facilita la búsqueda de una estética cálida y acogedora.

Además si tienes mucho tráfico de personas y necesitas una superficie muy uniforme y de fácil limpiado siempre puedes optar por piezas muy grandes a fin de evitar el máximo número de juntas posibles.

En baños siempre que necesitemos tener duchas por normativa o para nuestros clientes las mamparas ofrecen una alternativa más segura a las cortinas de baño, evitando la liberación de ftalatos.

Y por último en cuanto a tejidos buscar certificaciones como Oeko- Tex o PEFC Free puede garantizar que sofás, alfombras, cortinas o cojines de salas de espera u oficinas estén libres de sustancias perjudiciales.

Con esto tienes una primera aproximación a 3 de las 6 sustancias químicas que más nos encontramos en espacios interiores. Tenerlas presentes y optar por materiales más seguros y a la vez sostenibles, no solo nos ayuda a proteger nuestra salud y la de todos los que pasan por nuestros espacios de trabajo. Sino que con ello empezamos también a construir empresas y espacios que reflejan nuestro compromiso con el bienestar y la sostenibilidad.

Cuídate, cuídalos siempre.

Iris